Es cierto que el amor
pasión
es fuego.
El amor
entonces es brasa.
¿Qué es la leña empleada? ¿Uno mismo? ¿Sus peculiaridades?
En ese caso, la brasa es lo que queda de nosotros. Hay brasas que se consumen rápidamente, dejándonos fríos, y tal vez, tristes.
Otras no. Calientan incluso más que el fuego.
¿Es culpa de alguien que el fuego deje de ser alimentado?
Entonces es culpa de todos.
Las cosas no cambian con solo PENSAR.
Pensar no nos vuelve más reales.
Hablar tampoco.
Es sólo creer que al fuego lo alimentan las palabras.
Tratar de volver a lo anterior tampoco es la solución. Después de intentarlo te das cuenta.
Armar la fogata con leña verde solo nos intoxica y mata lo poco que queda.
Es triste y desesperante mirar las brasas propias y darse cuenta que la leña es de baja calidad.
Ver las brasas autoconsumiendose, ahogadas por tantas hojas.
Es aún más desesperante sentirse atrapada en nada.
Hay veces en que un baldazo de agua realmente ayuda.