la mayoría de veces vivo en un cuaderno, a veces salgo a dibujar.
quisiera poder hablar y la mayoría de veces no me sale.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Como dibujos animados

Llego a una reunión y está la tele de fondo. MTV y sus realityshit parloteando constantemente, de fondo.
Che, cambio la tele...
Ahhhh, bueno, sacá los dibujitos, o que tenés, ocho años?

Odio a la gente que subestima a los dibujos animados y la gente que los mira.
Ver un nuevo dibujito con la ilusión de que sea así de genial, a veces me sorprende a mi misma.
Los dibujitos marcaron mi vida. Todos y cada uno de ellos. Los que odiaba, y los que imitaba. Eso para mí los hace especiales.
A veces me sentía identificada, otras quería sentirme.
Lxs niñxs siempre niñxs era (ES) lo que siempre quise ser. Las ataduras morales eran nulas, si existían. Los adultos casi ni intervenían, solo como figuras castradoras, soo far, soo good.
Lo peor es que hay gente que quiere ser ese adulto castrador, y lo es, subestimando a los niños y sus formas.
Inmaduros, nos llaman.
Convencionales, responderemos.

No nos quedemos sin jugar.

Obsevatorio II

Salgo de la ducha, y me miro al espejo.
(Veo veo, ¿Qué ves?)
Me armo y me desarmo de múltiples maneras, casi nunca terminando de ver.
(Una cosa, ¿Qué cosa?)
Paso al espejo de cara, (rostro ya solo me incomoda) donde la acción sólo se vuelve troquelada.
(Maravillosa, ¿De qué color?)
¿Qué mierda me mirás?, me increpa el reflejo, y se va.
(Azul!)