Emmm, hola al que esté leyendo.
Nunca hablé directamente así, al menos en este blog. Es raro porque es el que estuvo todo el tiempo o, mejor dicho, el que nunca cerré. Pero bueno, hola.
Siempre subí cosas a trancazos. Algunas tan pegadas que no tenían aire, y fue sano. Otras, espaciadas por años.
Lo escrito sufre una suerte parecida: nunca convive en tiempo real con mis cuadernos, siempre leales a los ataques de ansiedad.
Ahora pasa algo así: en medio de una de las tantas mudanzas, encontré algunas hojas sueltas y algunas libretitas con nombre sin apellido, que propiciarán una guerra de tristes, felices, nuevas y viejas situaciones en esta página.
El tiempo es algo tan relativo que es simplemente espacio, así que consideré apropiado poner algunos espacios viejitos acá. Casi armé una ensalada, les juro.
Espero no les caiga mal.
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